Tu otra Yo

¿Qué sentís cuando te mirás al espejo? ¿Qué es lo primero que realmente ves? Seguramente una lista interminable de defectos, que por supuesto a simple vista va a ser lo más fácil, pero sin embargo, ¿sabés que no son reales? ¿Qué pasaría si simplemente fueran esa coraza que necesitás para poder estar en el afuera? Y sin darte cuenta, lo terminás transformando en algo verdadero porque va a ser la única manera en la que seas aceptado, la única manera en la que te puedan llegar a querer, la única manera en la que podríamos llenarlo de infinitas cosas.

Pero lo único que importa son cuántas cicatrices hay detrás de todo esto, por el simple hecho de intentar encajar, de intentar permanecer. Así que fíjate bien y no permitas que nadie te etiquete, ni que nadie te diga cómo tenés que ser. Porque, evidentemente, para ese otro no es importante ni cuidarte ni priorizarte. Entonces dejá de esperar que lo haga. Hacelo vos.

Dejá de luchar contra lo que ya no va en tu vida. No te abandones. Empezá a buscar lo que necesitás. Porque priorizarte es el camino. Y no hacerlo solo te quita lo mejor que tenés. Que es a vos mismo.