Las heridas
Las heridas, a esas que les ponemos un montón de nombres, herida de rechazo, herida de abandono, hirieron mi autoestima, pero todas tienen una característica en particular: el dolor. Si no, no las estaríamos llamando heridas. Pero más allá del nombre que quieras ponerle, esto se resume en una simple frase: permanecer mucho tiempo en la incomodidad.
Y la solución para esto no es estar buscando un responsable, porque el juicio va a ser contradictorio con la excusa, porque si te quedaste, la excusa la tenías. Sin embargo, para sanar lo que hay que hacer es apartarse de la situación y empezar a conectar con lo que realmente te molestó. Además, hay que empezar a aceptar que los límites hay que ponerlos a tiempo, porque el sufrimiento sí es opcional.
Y si te quedaste, también busca la excusa, porque por algo permanecías.
Te mando un beso.