¿Por qué a mí?

¿Por qué a mí? Y es una pregunta que estoy segura que la deben haber hecho en más de una oportunidad, independientemente de cuál sea la situación que hayan vivido. Pero desde este lado, por más que nosotros hagamos juicios, pidamos explicaciones y le preguntemos a un montón de personas que opinan, estás hablando de un tercero. Y, inclusive, aunque tuvieses la justificación, ¿qué podría ser un “por qué me salió”? “Es lo que pude, lo intenté”, te lleva a un solo lugar. Te vas a terminar diciendo: “No me lo merecía”.

Entonces, ¿qué pasa si lo empezás a ver desde otra óptica? No significa agarrar y hacer de cuenta que sos apático con la situación y acá no pasó nada. No, no, observarla desde el cuestionamiento del “¿para qué?”. Porque te aseguro que todo ese paquete que vos estabas esperando, que te den una respuesta, que te terminó llevando al no merecimiento, es exactamente lo que tenés que trabajar en vos.

Empezá a dártelo, en vez de buscarlo afuera, para que ese afuera se transforme en aquello que realmente tiene que estar en tu vida.

Te mando un beso.

Carrito de compra
Scroll al inicio