Me siento perdido
Alguna vez te dijiste a vos mismo: “Estoy perdido, estoy perdida, no tengo ni la más pálida idea de qué es lo que quiero hacer”. Pero, seguramente si yo te preguntara: “¿No hay nada que te guste?”, aparecería una lista, seguramente interminable, de cosas a las cuales le dirías que sí. Entonces me parece que acá, si volvemos a empezar, no es que no sabés para dónde ir. Me parece que te resulta un poquitito más cómodo habitar esta aparente incomodidad que no sabés resolver antes que enfrentarte a eso a lo que le tenés miedo, que se llama cambio.
Porque, si lo vemos desde ese lugar, habitando la incomodidad dentro de la comodidad, claro, el cambio nunca va a ser opción. Pero si realmente no supieras a dónde ir, tampoco sabrías qué es lo que te gusta. Simplemente te falta dar un paso, animarte, atravesar ese miedo e ir en busca de lo que realmente querés. Porque está ahí, lo sabés, lo sentís.
Pero no te animás. Y está bien no animarse. Hay que darse ese permiso. Pero también hay que decir: “Che, tengo miedo”. Lo importante es no detenerse. Atravesá el umbral y te vas a dar cuenta de lo cómodo, lo cómodo, lo cómodo que se siente sentirse bien.
Te mando un beso.